Fruto de la fusión del blanco y el negro, el gris es el color neutro por excelencia con sus infinitos matices: del gris perla apenas esbozado a los tonos más oscuros e intensos de los matices antracita que se acercan a los negros absolutos, a los que se añaden las variantes más cálidas del greige y […]
Fruto de la fusión del blanco y el negro, el gris es el color neutro por excelencia con sus infinitos matices: del gris perla apenas esbozado a los tonos más oscuros e intensos de los matices antracita que se acercan a los negros absolutos, a los que se añaden las variantes más cálidas del greige y el barro. Las baldosas de color gris permiten crear estancias modernas, relajantes y acogedoras. Además de ser elegante, un pavimento o revestimiento gris es una elección estratégica porque, al ser neutro, permite crear el fondo perfecto para realzar los demás colores y elementos que completan la decoración. En efecto, el gris se puede combinar fácilmente con otros colores permitiendo realzar tanto los tonos oscuros como los claros, pastel o más vivos, además queda perfecto con mobiliario y complementos clásicos y modernos. Elegidas a menudo para crear un estilo urbano o industrial, o en proyectos contemporáneos con un carácter esencial o hi-tech, las baldosas de color gris son muy versátiles, siendo ideales para los contextos más variados, también para valorizar espacios tradicionales con decoraciones clásicas o vintage. En los entornos domésticos, las baldosas grises son la mejor opción no sólo para el salón, sino también para cuartos de baño o cocinas, y son perfectas también para pavimentos en exteriores. En los espacios comerciales o públicos, a menudo se eligen para plasmar el estilo minimalista en superficies sobrias y a la vez contemporáneas, aún más si se trata de gran formato.